Concierto Pablo López - Gira 360 Grados - Palau Sant Jordi (Barcelona)
El pasado jueves 26 de junio, el Palau Sant Jordi de Barcelona se rindió una vez más al talento de Pablo López, en un concierto que formaba parte de su Gira 360 Grados. El artista malagueño ofreció una noche íntima y poderosa, demostrando por qué es uno de los cantautores más queridos del panorama musical español.
Desde el primer acorde, Pablo López estableció una conexión especial con el público. La velada arrancó con la emotividad de "La niña de la linterna", seguida por la intensidad de "El mundo" y el himno "Tu enemigo", coreado por un entregado público. Con tres pianos como fieles compañeros, Pablo tejió melodías que envolvieron cada rincón del recinto, creando un ambiente mágico.
La sencillez de la propuesta, solo con su voz, piano y una guitarra, permitió que la esencia de cada canción brillara con luz propia. Temas como "Mi casa" y "La mejor noche de mi vida" resonaron con una sinceridad que caló hondo en los asistentes.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando Pablo López se colgó la guitarra. Su versión de "Sólo le pido a Dios" fue un momento de pura emoción, al igual que la sentida interpretación de "Mama no" y la vibrante "Mariposa".
El regreso al piano marcó el inicio de una segunda parte llena de sorpresas. "Hijos del verbo amar" y "El mejor momento", esta última acompañada por las luces de los móviles del público, elevaron la energía de la noche. Pero el momento más especial llegó con la aparición de Antonio Orozco. La unión de estas dos grandes voces en "Devuélveme la vida" fue un regalo, que se extendió con una emotiva interpretación de "Lo saben mis zapatos".
Pablo López sorprendió con un ingenioso popurrí que fusionó "Suplicando" con fragmentos de clásicos como "Barco a Venus" de Mecano, "Mira cómo bailan" y "Viviendo deprisa" de Alejandro Sanz, desatando la euforia colectiva.
La recta final del concierto estuvo marcada por la intensidad de "El abrazo más grande de todos los tiempos" y la vulnerabilidad de "Dos palabras". Pablo López volvió a la guitarra para emocionar con "Te espero aquí"; y ofreció un momento memorable al fusionar al piano "Vi" con la icónica "The Show Must Go On" de Queen, regresando luego con un emotivo trozo en inglés de "Vi".
El broche de oro de la velada llegó con "El patio", que interpretó sin amplificación, generando un impresionante silencio en el Palau, para luego ir ganando fuerza y culminar con Pablo López bajando entre el público, cantando a viva voz y desapareciendo hacia los camerinos.
El concierto de Pablo López en el Palau Sant Jordi fue una demostración magistral de talento, cercanía y pasión. Una noche donde la voz, el piano y la guitarra fueron suficientes para crear una velada musical inolvidable, confirmando el poder de la sencillez y la autenticidad.
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